viernes, 31 de enero de 2014

El "Principio" de Joaquín de Sola


Los flamencos vivimos con la inseguridad y el miedo a que se pierda la esencia, la pureza, los cánones, las escuelas, en definitiva, vivimos con la manía persecutoria de que el flamenco está en peligro de extinción. Si hacemos un repaso histórico, ésto es aplicable a todas las épocas del arte jondo. ¿Por qué? No lo se. Quizás nos de miedo la evolución, o quizás pensemos que lo comercial acabará imponiendose a lo auténtico. Por suerte para nosotros siempre salen artistas con un amor incorruptible por este arte, gracias a ellos el flamenco no tiene fecha de caducidad. Joaquín de Sola es uno de estos artistas, que además de sustentar los pilares del flamenco, hace lo propio con los de la escuela gaditana.



Joaquín tiene claro cuales son sus principios, esos que lo han llevado a titular su disco precisamente de esta forma: "Principio; por un lado por ser el comienzo de su andadura artística y por otro lado por lo que contiene dicha palabra en lo referente a los valores personales y la ética del cantaor. El gaditano no pretende sacar los pies del tiesto de la ortodoxia. Así queda reflejado en este trabajo discográfico, donde deja patente la influencia de la escuela gaditana más auténtica. Esa de la gracia, la sal, el ritmo o la velocidad, esa que va desde Enrique El Mellizo pasando por Aurelio, Pericón, Manolo Vargas, La Perla, Chano o la recientemente desaparecida y madrina artística de Joaquín, Mariana Cornejo, de quien se acordó el joven cantaor.

Joaquín tiene una voz grave que no le permite hacer filigranas, pero si cantar por derecho como hay que hacerlo. Posee un gran sentido del ritmo y una musicalidad propia del manantial que lo alimenta.

El acto organizado por el Círculo Flamenco de Madrid en el tablao Las Tablas dio comienzo con una charla-presentación del disco guiada por Alberto Martínez, de la que no voy a extraer nada puesto que hablaremos de ello en la entrevista que hicimos con el cantaor previa al recital. Una vez concluida dicha presentación comenzó lo bueno, el cante.

Joaquín estuvo acompañado por Victor Rosa, guitarrista gaditano y un baluarte en la siempre difícil tarea del acompañamiento al cante. Como no podía ser de otra manera salieron "por alegrías". Es sabido que en Cádiz se le da un aire a este cante que no se consigue en otros sitios. Así fue, Joaquín las dijo lentas e impregnadas en salitre. Siguió por tientos gaditanos sin necesidad de cerrarlos por tangos, algo que escasea a día de hoy. Ahora sí, por tangos, donde se acordó de Antonio El Chaqueta, Camarón, Chano Lobato y Manolo Vargas, puso fuerza y su chorro de voz fue devuelto en forma de aplausos.




A estas alturas nos sentíamos como en la bahía, pero con un poco más de frío. Se puso serio el gaditano para cantar por soleá. Fiel a su escuela, desgranó estilos de la tacita de plata como los del Mellizo o Juan Ramírez. Para la traca final el cantaor afincado en San Fernando tiró del repertorio más carnavalesco y canalla. Los tanguillos anticrisis, con una letra muy apropiada a los tiempos que corren, dieron paso a las chuflillas finales con Manolo Vargas en el recuerdo, donde termino de exponer su verdad cantaora y su forma de entender este arte. Sus principios jondos al fin y al cabo. Ole tu Juaquín de Sola, sigue por esa vereda y no te salgas del camino.



No hay comentarios:

Publicar un comentario