miércoles, 19 de febrero de 2014

Antonio Agujetas y sus lamentos fúnebres


Soy de los que piensa que el cante flamenco está por encima de lo musical, de la técnica vocal y de las filigranas. ¿Qué nos diferenciaría si no de otros géneros? No quiero con este comentario por tierra a aquellos artistas que tienen una garganta privilegiada, sino más bien ensalzar a aquellos que sin tenerla consiguen arañarte el corazón con su cante. De esta forma fue como Antonio Agujetas me atravesó el alma el pasado jueves en el Círculo Flamenco de Madrid situado en el tablao Las Tablas.


Antonio Agujetas

No todos los aficionados están preparados para escuchar un cante tan sumamente crudo y sin artificios. Cante que nace de las entrañas. Antonio pone la vida en ello pues es lo único que sabe hacer. Su eco es agujetero puro, inconfundible e hiriente. Te puede gustar o no, pero jamás te deja indiferente.

Antonio estuvo acompañado por la guitarra de su primo Domingo Rubichi, sin duda uno de los grandes tocaores jerezanos de la actualidad. Domingo supo guiar el cante siempre anárquico de Antonio, y dotarlo de un gusto exquisito. La admiración entre estos artistas es mutua, lo que propicia momentos de autentica gloria para los aficionaos.

Domingo Rubichi

Cabe resaltar que no todos los socios que acudieron al recital tuvieron las mismas impresiones, como he dicho, a algunos nos destrozo el alma mientras que a otros les aguó la noche, por suerte los menos. En mi opinión, la programación del CFM es de una calidad y una variedad estilística difícilmente superable, y si no son ellos quienes apuesten por este tipo de cantaores aunque sea en puntuales ocasiones  ¿quién lo va a hacer?

La presentación corrió a cargo de José Gálvez, que describió de forma muy atinada a Antonio Agujetas y a Domingo Rubichi, para terminar dándoles paso. Antonio, al que le costó subirse al escenario, no tuvo tantos problemas para entonarse por soleá y empezar a remover las entrañas de los aficionaos. Estilos de Alcalá, Andonda y Juaniquí pasados por el áspero tamiz agujetero. Domingo fue su faro en todo momento. Él le dio el camino para seguir por malagueñas de Manuel Torre, recordando al Viejo Agujetas luchó en cada tercio con el corazón en la mano.

Antonio y Domingo
Domingo disfrutando con el cante de su primo


En su pelea constante con el cante tiró del repertorio fandanguero de la casa, con estilos acuñados en esta saga a partir de otros como el de Cepero, Corruco o El Rubio. Los "oles" y los jaleos se entremezclaban entre la oscuridad cantaora de Antonio.

Un buen aficionado gaditano me definió el cante de Antonio Agujetas como “lamentos de cementerio”, y lo cierto es que hay mucho de fúnebre en su forma de decir. Durante sus seguiriyas se podía sentir en el aire su hálito sacramental, su lucha con el cante y con el más allá. Cada uno de los lamentos con los que Antonio de deshizo por martinetes quemaban como recién salidos de fragua. Sin forma, sin ornamentación, casi indegerible y de una crudeza inusitada, así suenan estos añejos cantes en la voz del jerezano.

También canto a compás, al que marcaba Domingo claro. Bulerías pa escuchar de Jerez y un final por bulerías dieron el cierre a un recital para el recuerdo de muchos y olvido de pocos. Como dijo el mismo Antonio: algunos creían que estaba muerto, y se equivocaron. 

VÍDEO Y AUDIO:

Seguiriyas (Tío José de Paula, Manuel Torre, Francisco La Perla, Paco La Luz y cierre por cabal):






Martinetes:




2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Sólo aclarar que el comentario de Andrés Raya fue eliminado por él mismo. Lo aclaro porque algunos ya me han comentado que si yo lo había eliminado. En este blog no se censura nada, excepto el insulto y las faltas de respeto claro está.

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