viernes, 14 de marzo de 2014

Rendidos a la jondura bailaora de Pepe Torres


Vivimos en un tiempo donde el baile flamenco toma otros derroteros artísticos: adaptando distintas escuelas de danza a la flamenca, teatralizando los bailes para intentar canalizar ciertos mensajes, o en definitiva alejándolo de su estética primitiva. Esto me parece genial, el arte es movimiento, nunca mejor dicho en este caso, y por tanto tiene que buscar de otras fuentes donde alimentar su evolución. Con todo este ajetreo de evoluciones y devoluciones noto cierta carencia de verdad flamenca, de esencia, en definitiva de ese perfume tan característico que tiene que tener "lo flamenco", y que, como digo, en el baile a menudo escasea. Por suerte, siempre hay gente que se encarga de mantener las formas, la personalidad y el caracter de lo jondo. El moronense Pepe Torres es claro ejemplo de esto último. Él fue el encargado de poner flamencura en el Círculo Flamenco de Madrid, que de esta forma complementa su programación con la única vertiente que le faltaba por tocar, el baile.

Pepe Torres

Su baile destila flamenquería y esencia. Así lo constató en la noche de ayer durante su actuación en Las Tablas de Madrid. Contó para la ocasión con un elenco de categoría: David El Galli y José Méndez al cante y  Eugenio Iglesias al toque. La humildad de Pepe se refleja en sus espectáculos, donde siempre cede protagonismo a toda su gente, pudiendo disfrutar en sus recitales de cante, toque y baile por separado y junto.

Pepe junto a su elenco de artistas: David El Galli,
José Méndez y Eugenio Iglesias

Pepe Torres representa la elegancia y la hombría del baile flamenco actual. En sus movimientos se perciben estéticas variopintas, pero sobre todo la de Farruco y Rafael El Negro. Su escuela ha sido su entorno, su familia y eso se nota. La espontaneidad del gitano cuya aprendizaje empieza en la barriga de su madre, y por cuyas venas corre sangre de artistas. Si hay algo que definía bien a su abuelo Joselero de Morón, era el exquisito gusto que tenía con sólo pronuciar palabra. Pepe ha heredado eso, la simpleza con gusto. A partir de esta premisa desarrolla su baile jondo sin adornos banales, tan sólo con su verdad

Con un público hambriento de arte jondo, dio comienzo el recital con Pepe Torres bailando por bulerías como si de una fiesta familiar se tratara. Flamencas. Turno para la guitarra de Eugenio, al que acompañaron David y José. Tarantos y cambio a tangos con pinceladas de cante. De esas pinceladas pasamos a dibujar el cante con rodillo. José Méndez fue el encargado de decir por soleá, y que bien las dijo, algo lentas, pero con gusto y conocimiento. Para cerrar la primera parte de su actuación, el moronense bailó por alegrías y bulerías de Cádiz, a las que dotó de porte y de gracia.



Izq: David El Galli
Drch: José Méndez

Como viene siendo habitual, y al contrario que en el mundo del cine, segundas partes siempre fueron buenas. Es normal, el artista está más caliente y las cosas salen rodadas. Abrió el toque de Eugenio por granaína que dio paso a un desgarrador cante por seguiriyas jerezanas de David El Galli, que peleó el cante con arrestos. Para alimentar el desconsuelo de los presentes, Pepe puso sobre las tablas su baile bandera, la soleá. Su instinto para entender y apreciar este cante y todo lo que conlleva, hacen de la interpretación de Pepe una de las referencias imprescindibles del significado de este estilo en la faceta del baile. Como no podía ser de otra forma, la cosa concluyó casi como empezó, por bulerías, a compás pero ya con todos los aficionaos empachados de arte.

Pepe y David


No hay comentarios:

Publicar un comentario